Acaso debería comenzar diciendo que no considero motivo de escándalo un beso homosexual en público, al menos no mayor que el de uno heterosexual. Podría decirse que mi nivel de susceptibilidad es más o menos alto, hasta donde he podido comprobar, y considero que si viera por la calle un hombre o una mujer desnudos, caminando con naturalidad, mi extrañeza no llegaría al punto de dar de gritos espantada ni tampoco soltaría risitas nerviosas. Lo más probable es que, dado los tiempos en los que vivimos, me preguntaría si se trata de (a) una cámara escondida, (b) alguna maniobra de distracción que podría poner en riesgo mi seguridad en el lugar, o (c) la llegada de algún viajero del tiempo o alienígena que aún no ha tenido tiempo de vestirse adecuadamente para confundirse entre la población. En otras palabras, los desnudos tampoco me afectan de gran manera, a menos que circunstancias insólitas me obliguen a ello.
La primera vez que asistí a la función de Corazón Normal en el Teatro La Plaza, escuchar un gran "¡Ah!" de sorpresa ante el beso de los personajes que interpretaban Rómulo Assereto y Paul Vega fue motivo de sorpresa para mí. Es decir, si hubiese sido una pareja heterosexual la que se besaba en escena, ese "¡Ah!" no habría existido. Cuando llegó un momento similar entre los personajes de Verlaine y Rimbaud, interpretados por Fabrizio Aguilar y Fernando Luque en Eclipse Total, la frase de condena que lanzó una asistente del público fue aún más expresiva. Como demostrando que esa reacción no es la regla, durante el intercambio amoroso de tipo homosexual que se observa en Calígula, aún en cartelera, nadie pareció inmutarse.
Menciono todo esto, porque no pocas veces llego a sentir que herir las susceptibilidades de las personas es mucho más fácil de lo que debería ser. Si además aderezamos el tema con el asunto tan discutido hoy en día de la visibilidad de la homosexualidad, encuentro que a menudo el conservadurismo limeño en lo que se respecta a la sexualidad manifiesta remilgos, que por cierto no son privilegio nuestro aunque a veces así parezca, de tono en extremo intolerante. Pero no quiero detenerme en ese aspecto, sino en su conjunción con una obra de teatro que esta semana terminó su temporada y me causó una muy grata impresión: La Ronda.
Escrito en 1900 por el dramaturgo austríaco Arthur Schnitzler, La Ronda (Reigen) es una comedia que causó controversia desde su creación y fue motivo de censura en su época. "La obra muestra a diez personajes que se dan cita en una cadena de encuentros desenfrenados, donde los instintos y las obsesiones carnales se sobreponen a cualquier diferencia de rango, género o condición social", dice el programa entregado al inicio de la representación. Lo que no menciona el programa y de lo que yo no tenía conocimiento antes de comenzar la función, es que cada escena —menos una— representada por una pareja de amantes ocasionales incluía una escena de sexo. La advertencia al inicio de la función no era por gusto: "Si alguna persona desea retirarse debido a las escenas de alto contenido sexual, sírvase hacerlo durante los intermedios". En la función a la que asistí tan solo un anciano se retiró dos historias antes de terminar la obra, si bien asumo que fue más por atender necesidades fisiológicas propias de la edad que por alguna susceptibilidad herida.
Por todo ello, considero valioso y notable que tanto Jaime Nieto, director de la obra, como el elenco de jóvenes actores se hayan embarcado en este proyecto y hayan conseguido, siempre desde mi inexperto punto de vista, una puesta en escena amena, donde destaca la sincronía de actores e iluminación durante los desnudos. Llamó mi atención la actuación de Giovanni Arce —su mirada enamorada de Chiquillo en la escena con el Marido me pareció de lo más tierno—, y la desenvoltura con que Katia Salazar asume cada uno de sus papeles —la actriz inicia y cierra la ronda de historias en el papel de la Prostituta—. Desconocía, al momento de asistir a la función, que Fiorella Flores participa actualmente en la serie más popular de la televisión peruana, y que Alonso Cano fuera hijo del reconocido actor Carlos Cano; ambos completan el cuarteto de valientes actores que dan vida a los personajes de La Ronda.
Por todo ello, considero valioso y notable que tanto Jaime Nieto, director de la obra, como el elenco de jóvenes actores se hayan embarcado en este proyecto y hayan conseguido, siempre desde mi inexperto punto de vista, una puesta en escena amena, donde destaca la sincronía de actores e iluminación durante los desnudos. Llamó mi atención la actuación de Giovanni Arce —su mirada enamorada de Chiquillo en la escena con el Marido me pareció de lo más tierno—, y la desenvoltura con que Katia Salazar asume cada uno de sus papeles —la actriz inicia y cierra la ronda de historias en el papel de la Prostituta—. Desconocía, al momento de asistir a la función, que Fiorella Flores participa actualmente en la serie más popular de la televisión peruana, y que Alonso Cano fuera hijo del reconocido actor Carlos Cano; ambos completan el cuarteto de valientes actores que dan vida a los personajes de La Ronda.
A modo de resumen, las historias en La Ronda son del modo que sigue: Prostituta y Soldado, Soldado y Criada, Criada y Joven de la casa, Joven de la casa y Mujer casada, Mujer casada y Marido, Marido y Chiquillo, Chiquillo y Poeta, Poeta y Actriz, Actriz y Congresista, Congresista y Prostituta. Al final de los encuentros amorosos se repite de diferentes maneras la pregunta: "¿Me quieres?", pues sin importar las circunstancias de nuestras vidas ni del lugar que ocupemos en el mundo ni la manera en que lo procuremos, si hay algo importante en esta vida es el deseo de encontrar correspondencia afectiva, en otras palabras: amor.
La temporada de cuatro semanas en la Alianza Francesa terminó —superando una propuesta del año anterior que tuvo solo cuatro funciones— pero sería agradable encontrarla nuevamente en cartelera más adelante. Una ciudad como la nuestra lo necesita.
Video
Obra Teatral La Ronda de Jaime Nieto
Teatro de la Alianza Francesa (Av. Arequipa 4595, Miraflores)
La temporada de cuatro semanas en la Alianza Francesa terminó —superando una propuesta del año anterior que tuvo solo cuatro funciones— pero sería agradable encontrarla nuevamente en cartelera más adelante. Una ciudad como la nuestra lo necesita.
Video
Obra Teatral La Ronda de Jaime Nieto
Elenco
Prostituta / Mujer casada / Poeta
Katia Salazar
Soldado / Marido / Congresista
Alonso Cano
Criada / Actriz
Fiorella Flores
Joven de la casa / Chiquillo
Giovanni Arce
Ficha Técnica
Fotografía
Frecia
Chirinos
Diseño
gráfico
Santiago Charún
Vestuario
Alonso Palomino
Diseño de
escenografía
Adriana Romero
Diseño de
iluminación
Enrique Aquije
Operación de luces
y sonido
Roberto Véliz
Asistencia de
producción
Patricia Esquén y Analiz Pumahuacre
Producción
ejecutiva
Micaela Távara
Asistencia de
dirección
Martín Velásquez Atoche
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