El legado y última voluntad de una madre, Nawal Marwan, deja profundamente consternados a sus hijos. Simón, "el mellizo", rechaza con violencia los deseos de su madre expresados en su testamento. Janine, "la melliza", contraria a su hermano en actitud parece no reaccionar, pero tampoco accede a cumplir con las instrucciones que el notario les ha revelado. Sin embargo, ambos terminarán por transigir y emprenderán un viaje que los hará replantear su propia historia, reconciliándose con su madre fallecida a través del conocimiento de su pasado.
Debo confesar que antes de ir a ver la obra, había leído sobre ella. Algunos comentarios leídos en la red acerca de su autor, Wajdi Mouawad, acrecentaron mi interés sobre aquél, y en mi curiosidad por saber más llegué a leer un artículo que mencionaba un detalle, aludiendo a cierta tragedia griega y un conocido complejo psicológico, los cuales me hicieron prever el final. Pero el desenlace, impactante por todo lo que implica, no lo es todo en la obra pues como es sabido, no es sólo llegar a la meta sino disfrutar el camino. Y en lo que se refiere a "Incendios", más allá de la trágica historia que relata y el tono de angustia que se respira, la experiencia teatral es un bello camino.
Más de un elemento llamó mi atención en escena. Me sorprendió, por ejemplo, el uso persistente de referencias matemáticas en una obra tan cargada de emotividad. La explicación de lo que son los grafos de visibilidad es utilizado a modo de introducción del problema, que es la historia de Nawal y sus hijos, y la conjetura de Collatz es aplicada para llegar a la conclusión imposible que resulta ser la solución del problema anterior. El uso de recursos visuales por parte de Jimena Lindo, en el primer caso, resulta atractivo. Además, la actriz desarrolla con solvencia el personaje de Janine Marwal, impasible y distante, quien se presenta como profesora de matemáticas aplicadas. Por otro lado, su hermano Simón Marwan -Rómulo Assereto- es un impulsivo boxeador que no tiene reparos en demostrar el profundo odio que le tiene a su madre, y también se servirá de las matemáticas para explicarle a su hermana lo descubierto al final de su viaje.
El manejo de los tiempos es notable. Así como somos testigos de la doble búsqueda -del padre y del hermano mayor- emprendida por los mellizos, también vamos conociendo la travesía de la joven Nawal, a cargo de la actriz Jely Reategui en una conmovedora interpretación, quien busca a su hijo perdido. Las historias narradas pasan de un tiempo a otro o se solapan, con una fluidez y suavidad que contrasta con la violencia de los hechos narrados.
Los textos, de una entonación en ocasiones poética en ocasiones lacerante, encuentran un apropiado descanso en el talento de los experimentados actores que interpretan la obra. "Aprende a leer, a escribir, a contar, a hablar. Aprende a pensar Nawal. Aprende", le dice su abuela moribunda a la joven Nawal, y con ello la motiva a marcar la diferencia entre las mujeres de su entorno. "Ahora que estamos juntos, todo estará mejor" son las misteriosas últimas palabras de la madre silente. Creo que no muchas actrices podrían asumir de manera tan convincente el rol, intenso y contenido a la vez, de Nawal Marwal como lo hace Norma Martínez. Tanto Alberto Ísola como Miguel Iza, desde posiciones opuestas, componen situaciones a través de sus diálogos o monólogos que parecen aligerar el drama, remarcándolo aún más.
El silencio. Si bien entendemos que los últimos años de vida de Nawal Marwan, estuvieron marcados por un silencio absoluto, conocer su historia nos revela que ese silencio había comenzado mucho antes. Un silencio que se extendió como un velo sobre los horrores de la guerra que ella conoció de primera mano en su juventud. En ese punto, no pude sino relacionarlo con el silencio de nuestra propia memoria colectiva respecto a los crímenes que se cometieron como parte de la guerra interna que sufrió nuestro país en las décadas pasadas. Para seguir adelante callamos, al igual que Nawal, y construimos una vida como sociedad ignorando las consecuencias de las heridas aún latentes en aquellos que vivieron en carne propia la violencia terrorista. Con ese silencio negamos a las nuevas generaciones la visión completa de su propia historia, así como la comprensión que, acaso, los llevaría a reconciliarse con sus orígenes.
Leí alguna vez que el teatro debe no sólo expresar una idea sino conseguir que algo cambie en el espectador y sin duda Incendios, dirigida por Juan Carlos Fisher, lo consigue con creces.
Teatro La Plaza (Calle Malecón de la Reserva 610 - Miraflores)
Temporada: Del 13 de Febrero al 29 de Abril
Duración aproximada: 2 horas 40 minutos
Intermedio: 15 minutos
Duración aproximada: 2 horas 40 minutos
Intermedio: 15 minutos
Horario
Jueves a Martes 8:00 p.m.
Domingo 7:00 p.m.
Tarifa Normal (Jue, Vie, Sáb y Dom)
General: S/.65
Estudiante: S/.30
Tarifa Lunes y Martes Popular
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